Konga Talks
Por Ashley Garrido
Con el paso del tiempo, solo las verdaderas maravillas trascienden y reclaman su lugar en la historia. La música no escapa a este medidor temporal. Tomando en consideración la calidad, particularidad y conservación de las grabaciones, los sellos de música vintage nos permiten vivir el pasado sonoro, evocar géneros y estilos que brillaron con fuerza durante el siglo pasado.
Grandes sellos de este estilo, como Soho Archive, CPM Archive Series y Cavendish Archive (disponibles en KongaSearch), los cuales abarcan casi 100 años de grabaciones sonoras y diversos géneros musicales, han llegado hasta nuestros días gracias a la incansable y tenaz labor de profesionales como Nick Farries, fundador del sello Soho Production Music, quien con más tesón que un templario, ha rescatado y salvaguardado estas grabaciones originales para el disfrute y apreciación de futuras generaciones.
En nuestro repaso por el tesoro musical vintage que tenemos disponible en exclusiva en Konga Music Agency queremos hacer mención especial a Soho Archive, el sello británico, que muy gentilmente ha compartido con nosotros su fascinante historia.
KMA: ¿Qué representa una colección de música vintage para ti?
NF: Para mí, una colección de música vintage es sinónimo indiscutible de los inicios de la industria de la grabación; del paso de las interpretaciones de partituras en boudoirs o salones privados hacia el -en su momento- nuevo y emocionante mundo del disco giratorio. Comparándolo con la industria audiovisual, vendría a ser el equivalente al paso del cine mudo con música en directo y al inicio de las llamadas “talkies”.
Me cuesta imaginar cómo fue la época en la que se transportaban pesadas cajas de 78rpms a distintos clientes, cuando muchas de estas cintas solo tenían una cara, con un track, de 1 o 2 minutos de duración. Este mundo, tantas veces olvidado, es el polo totalmente opuesto al flujo de trabajo de hoy en día, a la inmediatez, a nuestros servicios online, a Spotify y demás plataformas. En aquellos años todo, desde las sesiones de grabación hasta el producto final, era un proceso lento, pesado y muy laborioso.
Tiempo después, el joven Nick se trasladó a Londres con la intención de estudiar medicina, aunque el mundo de la música iba cogiendo cada vez más protagonismo en su vida. El largo de su cabello crecía día a día; la cantidad de bandas y conciertos en los que participaba como batería aumentaba; dejó la universidad para tocar en lugares como el Playboy Club, junto con Ben E. King, entre muchos otros; y, de esta manera, se inició en el mundo de la grabación de artistas y de sesiones en directo para emisoras de radio piratas, que transmitían desde granjas.
A mediados de los setenta, Farries recibió un telegrama de Hugh Mendl, jefe de A&R de Decca Records, responsable del fichaje de The Rolling Stones, David Bowie y Genesis para la legendaria discográfica, donde decía textualmente “contacta conmigo inmediatamente, necesitamos tus servicios”. Desde la recepción de ese telegrama, han pasado muchas lunas y Nick Farries se ha posicionado como el referente número uno y protector de los mayores catálogos de música vintage del mundo. Hemos tenido el placer de intercambiar, con el “zar” de la música vintage, sobrenombre con el que otros colegas de la industria de la música describen a Nick, anécdotas e ideas sobre el género vintage que compartimos a continuación.
KMA: ¿Qué podemos encontrar en el sello Soho Archive?
NF: Cubriendo más de seis décadas de historia, desde los 20 hasta los años 80, y distintos países de origen (Estados Unidos, Inglaterra y Alemania), el sello Soho Archive abarca múltiples estilos, géneros y rarezas. Todas ellas, unas verdaderas joyas musicales que han sido restauradas, remasterizadas y distribuidas bajo este sello, por primera vez, desde que fueron capturadas en discos de 78rpm y vinilos.
Dentro de su singular repertorio, podemos escuchar exclusivas fanfarrias militares encargadas por los presidentes norteamericanos Franklin D. Roosevelt, Harry S. Truman y John F. Kennedy, grabaciones originales de big bands, orquestas, instrumentos peculiares e inusuales efectos de sonido; así como también grabaciones de intérpretes de talla mundial, una nutrida representación de lo más excepcional del siglo XX.
El sello Soho Archive puede presumir de contar con obras y grabaciones orquestadas de legendarios compositores de la era dorada del cine y la televisión, como fueron: Haydn Wood, Charles Williams, Ervin Litkei, Peter Yorke, Albert Ketelbey, Clive Richardson, Cecil Milner, Johnny Pearson, Felton Rapley, Heinz Hotter, Philip Green y King Palmer.
KMA: ¿Qué representa una colección de música vintage para ti?
NF: Para mí, una colección de música vintage es sinónimo indiscutible de los inicios de la industria de la grabación; del paso de las interpretaciones de partituras en boudoirs o salones privados hacia el -en su momento- nuevo y emocionante mundo del disco giratorio. Comparándolo con la industria audiovisual, vendría a ser el equivalente al paso del cine mudo con música en directo y al inicio de las llamadas “talkies”.
Me cuesta imaginar cómo fue la época en la que se transportaban pesadas cajas de 78rpms a distintos clientes, cuando muchas de estas cintas solo tenían una cara, con un track, de 1 o 2 minutos de duración. Este mundo, tantas veces olvidado, es el polo totalmente opuesto al flujo de trabajo de hoy en día, a la inmediatez, a nuestros servicios online, a Spotify y demás plataformas. En aquellos años todo, desde las sesiones de grabación hasta el producto final, era un proceso lento, pesado y muy laborioso.
KMA: ¿Qué representan las colecciones de música vintage para la industria actual?
NF: Es una forma de preservar la herencia de las grabaciones sonoras, de una manera que no habría sido posible sin el mundo de la Production Music. A lo largo de los años, las colecciones de música vintage han proporcionado muchísimos recursos de trabajo para músicos, arreglistas, letristas, compositores, artistas, orquestas y estudios.
Aunque mucho de este material sonoro procede de eras muy lejanas y musicalmente es un nicho, con un atractivo muy particular, no podemos ignorar el indiscutible paso del tiempo que hace que las más recientes décadas de los sesenta, setenta e incluso los ochenta, se vayan sumando a la categoría vintage. Por lo que también podríamos decir que es un género en permanente crecimiento.
KMA: ¿Qué aporta una colección vintage a clientes del sector audiovisual interesados en este tipo de música?
NF: La música vintage puede ser una alternativa para agregar un toque de humor a una producción, muchas de estas grabaciones tienen un tono ligero o kitsch que fácilmente puede dar un atractivo especial, fresco y humorístico a un sinfín de producciones audiovisuales. Asimismo, es una gran forma de ubicar al público en el tiempo, un gran recurso poder usar estas grabaciones como flashback sonoro: un ragtime describe los inicios del siglo XX, el blues a la Gran Depresión y una big band, al estilo de Glenn Miller, te sitúa a mitad de siglo. Y, de manera más creativa, puede servir como un recurso poderoso para darle un “twist” especial a una idea o brief de nuestros clientes.