Se habla de los niños y adolescentes como si fueran una especie humana aparte. No nos acordamos de que, en un momento de nuestras vidas, nosotros fuimos uno de ellos, y, de algún modo, seguimos siéndolo. «Esos locos bajitos», como cantaba Serrat, son diversos, imprevisibles y, sobre todo, se mueven por la emoción. Y en ese sentido, una de las formas de saltar las barreras generacionales y meterse y conectar con su mundo (o con el niño que fuimos) es a través de la música.
Por eso hemos seleccionado de nuestro repertorio las canciones más divertidas y con unos ritmos pegadizos, capaces de provocar unas buenas carcajadas a los más pequeños de la casa (y los mayores también).